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Instancia Ideológica

Descripción General

En esta instancia se analizan los valores ideológicos y culturales arraigados y circulantes en el territorio. La ideología de los actores territoriales hace a los fundamentos de sus prácticas, por lo que devienen decisivas para la estabilidad y cohesión en el territorio, articulando tensiones discursivas (entre configuraciones espacio-temporales del sentido construidos en la semiosis social) y posicionamientos simbólicos que se ecualizan coyunturalmente. Así, la ideología del territorio sustenta y se retroalimenta la acción, y por consiguiente, se encuentra interrelacionada con el poder político que se aborda en la otra instancia de la superestructura: la instancia política.

Di Meo plantea esta instancia desde el concepto de cultura, y plantea el uso de “ideología”, que distingue de la cultura en tanto que término medio, instancia de síntesis entre valores culturales singulares y expresiones concretas del sistema socio-económico, geográficos particulares. Entendida desde los sistemas de ideas, ensambles de estructuras de representaciones, valores y creencias, esta instancia orienta la acción de los actores territoriales y, desde allí, distingue y organiza las prácticas sociales en el territorio.

En este marco, la instancia ideológica en el Partido de Luján puede entenderse desde dos perspectivas: las tradiciones y valores, los lugares conformantes de la identidad territorial y los aparatos ideológicos.

Tradiciones y Valores

La configuración temporal del Partido de Luján pone en evidencia la relevancia de los aspectos tradicionales coloniales para esta instancia ideológica; especialmente desde las tradiciones y los valores de la fe católico-cristiana, articulada con ciertos principios criollos de las nuevas burguesías pampeanas del siglo XX. Tal configuración combina elementos de dominación simbólica por parte de la centralidad europea, radicada principalmente en la ciudad de Buenos Aires, con el desdibujamiento de los aspectos locales provocado por la proximidad a la ciudad capital. De esta manera, “lo bueno”, “lo bello” y “la calidad” están en Buenos Aires, mientras los locales son más reconocidos por sus actos en dicha ciudad que por sus logros locales.

Estas características se expresan principalmente en la población del centro de la ciudad cabecera, mientras en los barrios emergen identidades que no reconocen estas tradiciones. Sus valores están más emparentados con los valores de la marginalidad periurbana, desdibujada en la urbanidad, individualista como protección ante el abandono y la violencia institucional, la marginalidad y la discriminación. Tales diferencias se expresan en una tensión centro-periferia característica de la urbanidad, donde ciertos rasgos identitarios-tradicionalistas aglutinan a la población tradicional del centro y permite su conformación como un actor territorial (con expresión política); mientras las barriadas populares se atomizan en múltiples expresiones, algunas de ellas colectivas, para elevar sus reclamos a las instituciones políticas. Atomizados no suelen constituirse en un actor con peso territorial frente a la tradicional pertenencia al centro de quienes ocupan los cargos dirigenciales (habitualmente llamada “clase política”), puede resultar en acontecimientos violentos.

Lugares

La noción de lugar hace referencia a aquellos espacios cargados de sentido, espacios a los que ciertos grupos sociales asignan un valor simbólico articulado con su propia identidad. Como tales, los lugares son representaciones del espacio, espacios concebidos (Lefebvre, 1974) por los distintos grupos sociales según sus respectivos roles en el territorio, deviniendo con ello espacios de representaciones (espacios vividos) donde se ponen en juego las pujas de poder. Así entendidos, los lugares son formadores de la identidad territorial y el control de dichos espacios deviene una instancia del poder territorial concreto.

Desde esta perspectiva, en el Partido de Luján pueden señalarse muchos lugares que hacen a la identidad territorial, entre los que se destacan: la plaza Belgrano, la puerta de la municipalidad y la plazoleta Antigua Estación Basílica en la ciudad de Luján. En las localidades existen otros lugares cargados de sentido por grupos de vecinos, pero estos no siempre son compartidas por el colectivo de las localidades, ni tampoco por la sociedad lujanense en su conjunto como los mencionados, por lo que no alcanzan a convertirse en espacios de representaciones reconocidos colectivamente y, por lo tanto, espacio de disputa del poder.

Desde la perspectiva, tanto la plaza Belgrano como la puerta del Palacio Municipal son lugares de disputa por el poder político, son “la calle” que se disputan las organizaciones políticamente activas. Allí suelen realizarse protestas y reclamos por motivos políticos y sociales; agrupándose en la calle y la plaza Colón (frente a la municipalidad) e instalando un lugar de oratoria y discurso en las escalinatas del palacio. En las cercanías de ese lugar, en la esquina (calles Colón y San Martín) se llevan a cabo festejos políticos, deportivos, estudiantiles, entre otros, resultando un punto de encuentro social para eventos puntuales que está en proceso de transformación con la instauración de la plazoleta Antigua Estación Basílica como epicentro de las actividades juveniles.

Por su parte, la Plaza Belgrano es un lugar donde se llevan a cabo las expresiones que pretenden superar los límites locales. Aprovechando el escenario de la Basílica Nacional y el reconocimiento simbólico-patrimonial que ostenta, los reclamos que se llevan ahí suelen estar orientados a las autoridades provinciales y nacionales. Las dimensiones de dicha plaza hace que este espacio requiera una gran movilización para no quedar como un reclamo sectorial minoritario.

Aparatos Ideológicos

En relación a los aparatos ideológicos, noción tomada de Althuser (1968), el Partido de Luján cuenta con las tradiciones instituciones del Estado, principalmente la escuela y los medios de comunicación; mientras que las instituciones religiosas (católicas) y judiciales con alcance sobre el Partido de Luján se encuentran radicadas en el partido vecino de Mercedes. Por su parte, entre los aparatos represivos del Estado definidos por Althuser, el Partido de Luján cuenta con los destacamentos policiales descritos en servicios públicos; mientras las fuerzas de seguridad que responden al poder judicial (gendarmería, penintenciaria), así como los militares están radicados también en Mercedes; pero ello no implica menores implicancias territoriales ya que no representa un menor control sobre Luján.

En este contexto, los aparatos ideológicos responden a los mismos principios reconocidos para las grandes urbes. Esto se evidencia en relación a los medios de comunicación descritos en el sistema técnico, donde la centralidad de la ciudad capital se ejerce en términos de influencia sobre el sentido común de la población local, participando en la instalación de discursos sociales específicos en cada grupo social que inciden en la formación de representaciones sobre los espacios públicos.

En este marco, los medios de comunicación y las redes sociales tienen una importante capacidad de influencia, con lo que disputan el carácter de espacio público de disputa y representación de estos lugares. Mientras los estudios de televisión compiten con los estrados de discurso, las redes sociales multiplican las posibilidades de expresión política sin el esfuerzo físico que implica poner el cuerpo durante horas para implicarse en un reclamo colectivo. La comparabilidad y el intercambio entre estos es un supuesto muy difundido pero que no termina de confirmarse.