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El Análisis Territorial del Partido de Luján

Para el análisis del territorio del Municipio - Partido de Luján, la herramienta metodológica aquí aplicada refleja con claridad su condición compleja, en múltiples dimensiones (naturaleza, sociedad, procesos socioeconómicos y ambientales, cultura) que lo caracterizan según la escala geográfica de observación que se aplique. 

Ambas características –múltiples dimensiones y escalas- justifican la asimilación del territorio como una mediación espacial del poder.

La plataforma organiza metodológicamente el análisis territorial a la concepción conocida como Formación Socio-Espacial (FSE). Esta reposa sobre cuatro instancias que, como cuatro subsistemas, están intrínsecamente articuladas y mantienen interdependencias entre sus elementos.

La FSE posibilita un análisis territorial basado en una combinación teórica que incorpora diferentes elementos conceptuales, del abordaje fenomenológico de lo vivido, de las representaciones sociales, de los discursos sociales, imágenes, nombres de lugares y manifestaciones proxémicas, poniendo en relieve el rol de los aspectos culturales y patrimoniales.

Esta se fundamenta en el pensamiento de múltiples geógrafos como Henry Lefebvre, Milton Santos, Claude Raffestin, Robert Sack, Paul Claval, Eduard Soja, Anne Gilbert, David Harvey, Armand Fremont; sustentados a su vez en las conceptualizaciones de Immanuel Kant, Carl Marx, Edmund Husserl, Martin Heidegger, Gaston Bachelard, Jean Paul Sartre, Jean Lyotard entre otros; y articulados con la sociología de Max Webber, Herbert Marcuse, Louis Althuser, Michel Foucault, Pierre Bourdieu, Alain Touraine, Antony Giddens; con un enfoque sobre la sociedad y la cultura que refiere a las conceptualizaciones de Michel de Certeau, Jaques Lacan, Edgar Morin, Rene Girard, Marc Auge entre tantos otros. Sobre el desarrollo conceptual de estos autores se fundamenta esta herramienta multiescalar y polimorfa que permite modelar los espacios a escalas y formas variadas a fin de analizar los procesos de territorialización desde un enfoque relacional e integral.

Según Guy Di Meo, esta herramienta se aplica a realidades o a representaciones territoriales más o menos afirmadas, a lugares con un mínimo de localización conocida (aunque aproximada). Ella lo envuelve sin fijarle límites a priori; se adapta flexiblemente a las incertidumbres de borde y a las modificaciones de extensión.

Así concebida, esta herramienta reposa sobre la articulación de cuatro instancias conformantes de un mismo todo. Cuatro ensambles de estructuras, de cuatro sistemas con ligazones internas e interdependencia entre sus elementos y de unas a otras.

Es necesario no perder nunca de vista que una instancia no indica un nivel de realidad. Su identificación es un proceso intencional, inscrito en lo real social, que permite representarse la sociedad como un siempre-ya-dado. Entonces, se trata de una representación de la totalidad social y territorial, un artificio para comprender una realidad territorial concreta.

En esta instancia se analizan los espacios de vida, esos espacios frecuentados, apropiado y recorridos por cada actor del territorio con regularidad, cargado de imaginarios. Se analizan las prácticas cotidianas en esos espacios, entendiendo que son tanto de producción como de reproducción social y espacial, en su interacción con una “estructura” social y cultural “plástica” que se reconfigura recursivamente a partir de dichas prácticas. Su lectura es posible a partir de tres experiencias de los actores en el territorio: sus prácticas, rutinas y lugares; las cartografías y planos que describen, dan a ver e inscriben como real la distribución espacial de elementos y fenómenos; y el descubrimiento y valoración de los paisajes que lo simbolizan.

En esta instancia se analizan los campos de fuerzas que posibilitan las producciones, desplazamientos, comunicaciones, distribuciones y recirculaciones. Además de las realizaciones materiales, energéticas e informacionales resultantes de todo trabajo humano (físico e intelectual; individual y colectivo), esta instancia comprende el conjunto de fenómenos socio-económicos espacializados, de condicionamientos y fuerzas económicas, que coexisten en el territorio; desde las condiciones económico-financieras coyunturales a las institucionalidad y las tradiciones de los organismos estatales, el sector empresario y los sindicatos, así como también las interacciones entre ellos.

En esta instancia se analizan los valores ideológicos y culturales arraigados y circulantes en el territorio. La ideología de los actores territoriales hace a los fundamentos de sus prácticas, por lo que devienen decisivas para la estabilidad y cohesión en el territorio, articulando tensiones discursivas (entre configuraciones espacio-temporales del sentido construidos en la semiosis social) y posicionamientos simbólicos que se ecualizan coyunturalmente. Así, la ideología del territorio sustenta y se retroalimenta la acción, y por consiguiente, se encuentra interrelacionada con el poder político que se aborda en la otra instancia de la superestructura: la instancia política.

En esta instancia se analiza el ensamble de poderes que se ejercen en un lugar o en un espacio dado; y, para ello aborda todo lo concerniente a las manifestaciones, las organizaciones-relaciones y las representaciones de dicho poder, entendiendo que este, en tanto capacidad de actuar, teje la sustancia del territorio, contribuye a fundarlo y elaborarlo. A tal fin, su análisis se enfoca en cuatro niveles, de lo nítido y concreto a lo más opaco y difuso: el poder puro, de quien controla a partir de la fuerza coercitiva; el poder de la autoridad, basado en el reconocimiento de la legitimidad de quien lo ejerce; el poder del juego de influencias, de las ideas creencias y representaciones que forjan la moral y los valores de una sociedad (fuertemente articulado con la instancia ideológica territorial); y el poder de dominación inconsciente, no racional, forjado en el universo de la intimidad, en la familia, la iglesia.

Infraestructura: la cupla de instancias geográfica-económica permite describir el soporte material en el que se sostiene el territorio, su sustrato físico, sobre el que se desarrollan las prácticas de los actores.

Superestructura: la cupla de instancias ideológica-política puede entenderse como el piloto de la infraestructura, una conducción que orienta, guía, contiene y/o restringe el fluir de los hechos en las formas concretas del territorio.